Vall d’Hebron se suma al el Día Mundial del Riñón con una jornada para concienciar sobre las enfermedades renales

Con motivo del Día Mundial del Riñón, el Hospital Universitario Vall d’Hebron ha celebrado un acto dedicado a las enfermedades renales, una patología que la Dra. María José Soler, jefe de la Unidad de Nefrología Clínica y Diálisis, ha tildado de ”invisible”, pese a que la realidad es que afecta a un gran número de gente. Un 10% de la población mundial sufre una enfermedad relacionada con los riñones, más de 850 millones de personas en todo en el mundo y 7 millones de personas en el Estado. El Dr. Antonio Roman, director asistencial del Hospital Universitario Vall d’Hebron, ha inaugurado la jornada incidiendo en la importancia de concienciar sobre las enfermedades renales y hacer pedagogía para prevenirlas. En su discurso de bienvenida, el Dr. Roman ha destacado el lema escogido por la jornada de este año, “Vivir bien con las enfermedades renales”. “Esta frase nos recuerda la importancia de cuidarse para prevenir complicaciones y empoderar a los pacientes”, ha  reflexionado.

En esta línea, la Dra. María José Soler ha alertado del aumento de la incidencia de las enfermedades renales en los últimos años y de un aumento de la mortalidad. También ha advertido de que si no se frena esta evolución, las patologías renales podrían colocarse en un futuro en la primera causa de mortalidad. Las enfermedades renales, a menudo, son silenciosas. “Nos tenemos que centrar en el diagnóstico y la prevención para frenarlas”, ha destacado. 

Nueva Unidad de Hemodiálisis

 Durante la pandemia se ha inaugurado la nueva Unidad de Hemodiálisis, que cuenta con 14 camas y se ha diseñado pensando en la comodidad y bienestar del paciente. La Unidad facilita el tratamiento de diálisis a los pacientes ingresados en el Hospital y también cuenta con un programa de crónicos para pacientes ambulatorios con patología compleja que no son tributarios de tratamiento en los centros de diálisis. Aparte de la diálisis, en la Unidad se hacen otras técnicas extracorpóreas: plasmaféresis por filtración, plasmaféresis por separación, immunoadsorción, leucocitoafèresi, LDL-aféresis, apoyo hepático extracorpóreo con la técnica MARES (Molecular Adsorbente Recirculating System), hemoperfusió con polimixina para el tratamiento de la sepsis y en pacientes con insuficiencia respiratoria aguda secundaria a dermatomiositi, hemodiafiltració con reinfusión endógena y depuración de cadenas ligeras en pacientes con mieloma. Además, desde la Unidad de Hemodiálisis se colabora y se apoya a la UCI en las técnicas continúas.

 Sobre cómo afectó la pandemia la Unidad de Nefrología y Diálisis, ha hablado con más detalle Montse Sevillano, enfermera supervisora de los Servicios de Nefrología, Diálisis Peritoneal y Hemodiálisis. “En la primera ola, nuestra planta de hospitalización fue una de las primeras a transformarse en espacio COVID-19 y el equipo asistencial se tuvo que adaptar”, ha explicado. Una de las prioridades fue asegurar las curas de enfermería a los pacientes nefrológicos. De esta experiencia, destaca la implicación de los profesionales, la oportunidad de mejora para trabajar en equipo y los aprendizajes para asistir pacientes con COVID-19.

El impacto en los pacientes trasplantados

La COVID-19 ha tenido un alto impacto en los pacientes con enfermedad renal. “Ha sido un año llevar para los pacientes”, ha reconocido el Dr. Francesc Moreso, jefe de la Unidad de Trasplante del Hospital Universitario Vall d’Hebron. El grueso de la población trasplantada tiene más de 65 años y comorbilidades como hipertensión o diabetes. Por eso era importante que se vacunaran. Empezaron a recibir la primera dosis la primera semana de marzo. 

Niños y adolescentes

 En la población pediátrica, la pandemia ha tenido poca afectación. La Dra. Gema Ariceta, jefa de servicio de Nefrología Pediátrica, ha querido empezar su intervención reconociendo que el lema “vivir bien con la enfermedad renal se una máxima por niños y adolescentes”. En edad pediátrica, hay muchas patologías y muchas son enfermedades minoritarias que producen un gran impacto en el desarrollo físico y emocional de niños y adolescentes. La diferencia con adultos es que las enfermedades son poco frecuentes y hay pocos centros acreditados para tratar a los pacientes pediátricos. Vall d’Hebron es uno. Actualmente, solo un 1,5% de los pacientes con terapia renal sustitutiva son pacientes pediátricos. Pero entre 1984 y 2018 han crecido estos pacientes gracias a la mejora de los diagnósticos.

La voz del paciente

En nombre de los pacientes, ha hablado la Marina Farguell, una chica de 19 años que hace 9 meses fue diagnosticada del Síndrome de Goospasture. “Fue en verano, pensaba que tenía la COVID-19, pero acabé ingresada en el Hospital Vall d’ Hebron por un fallo renal. Ahora, hago diálisis y espero un trasplante. El apoyo dentro y fuera ha sido imprescindible”, ha explicado. Tras lograr subir un monte de su comarca el pasado fin de semana, que pensaba que no alcanzaría, ha hecho la siguiente reflexión: “La vida es subir cumbres y el mi próximo hito es afrontar un trasplante”. En este proceso contará con todo el equipo del Hospital Universitario Vall de Hebrón. “Nos emocionan las palabras de la Marina porque dan sentido a nuestro trabajo. Los pacientes sois nuestra razón de ser”, ha acabado Josep Maria Cabezali, adjunto a la Dirección de Enfermería.