Incorporamos dos equipos de resonancia magnética y PET-TC de última generación que ofrecen mayor precisión en el diagnóstico y seguridad para los pacientes

Los nuevos equipamientos revolucionan la capacidad de diagnóstico: mejoran la detección de enfermedades y proporcionan imágenes más detalladas sin comprometer la seguridad de los pacientes

13/08/2024

El ser humano pasa toda una vida con un solo cuerpo, pero sabe poco sobre lo que sucede más allá de la dermis. Bajo la piel hay un universo con tantas células que, si empalmáramos todo el ADN del cuerpo en fila india, se extendería más de 15,000 millones de kilómetros, más allá de Plutón. Hasta hace poco, los profesionales de la salud obtenían información del cuerpo humano palpando y a través de análisis de sangre y tejido. Pero desde hace un tiempo, la tecnología ha abierto la puerta a este universo tan cercano como desconocido.

Una de las apuestas estratégicas del Hospital Universitario Vall d’Hebron es integrar nuevas tecnologías al servicio de los profesionales de la salud para ayudar en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes. Un ejemplo es la reciente adquisición de un equipo de resonancia magnética y un PET-TC de última generación con fondos REACT y del plan INVEAT (Inversión en Equipos de Alta Tecnología) de la Unión Europea. “Ambos son más precisos que sus predecesores y aumentan el confort y la seguridad de los pacientes, lo que permite avanzar hacia una medicina personalizada”, destaca el Dr. Manel Escobar, director clínico de Diagnóstico por Imagen.

Hasta ahora, tanto los equipos de resonancia magnética (6) como el PET-TC (2) eran propiedad del Instituto de Diagnóstico por la Imagen (IDI), empresa pública adscrita al Catsalut, que tiene su centro de referencia en el Hospital Universitario Vall d’Hebron. Estos nuevos equipamientos seguirán gestionados por el IDI, que ejecuta los servicios de diagnóstico por la imagen y medicina nuclear, pero ahora son propiedad de Vall d’Hebron.

Dos tecnologías para observar el cuerpo humano desde dos perspectivas

La adquisición reafirma al Hospital Universitario Vall d’Hebron como centro de referencia en diagnóstico por la imagen y medicina nuclear. La Dra. Cristina Gámez, jefa del Servicio de Medicina Nuclear, explica que, al igual que podemos observar un edificio desde la calle o a través de un plano, también podemos examinar el cuerpo humano desde diferentes perspectivas. Para obtener información morfológica, es decir, conocer el tamaño y/o forma de un órgano o lesión, sin utilizar radiaciones ionizantes, utilizamos la ecografía o la resonancia magnética. "La resonancia magnética es la reina para los estudios cerebrales y de tejidos blandos por su gran definición anatómica", destaca. Esta técnica permite obtener imágenes para varios diagnósticos, como traumatismos, exploraciones del cerebro y la médula, o cáncer.

La resonancia magnética

El procedimiento para realizar una resonancia magnética implica el uso de un potente imán y ondas de radio. Los pacientes se colocan en una mesa móvil, que se introduce en el aparato de resonancia magnética, y la prueba puede durar entre 40 minutos y una hora. Durante este tiempo, es crucial que los pacientes se mantengan inmóviles para garantizar la calidad de las imágenes. En algunos casos, se puede administrar un contraste por vía intravenosa para obtener una mejor visualización de ciertas partes del cuerpo. Cuando se trata de niños o pacientes que no pueden colaborar, se puede considerar la sedación. El nuevo equipo de resonancia magnética, sin embargo, cuenta con una pantalla para proyectar contenido de YouTube.

El PET-TC

El diagnóstico por imagen se ha convertido en una herramienta imprescindible para las decisiones terapéuticas: el 80% de estas decisiones se basan en la imagen. Si con la resonancia magnética los médicos obtienen información sobre cambios en los tejidos y órganos, el PET-TC muestra qué hacen las células. “El primero nos ayudaría a diagnosticar un tumor y el segundo, si hay metástasis”, ilustra el Dr. Manel Escobar. Esta complementariedad es esencial para ofrecer el mejor tratamiento posible a los pacientes.

“En el caso del PET-TC, obtenemos información morfológica y funcional en un solo examen”, señala la Dra. Cristina Gámez. “El PET, mediante un radiofármaco, proporciona información funcional sobre las lesiones y los órganos, mientras que el TAC ofrece la localización exacta de las lesiones”, puntualiza.

Si la primera resonancia magnética llegó en 1992 a Vall d’Hebron, el primer PET-TC lo hizo casi una década más tarde, en el año 2003, al Hospital Universitario de Bellvitge y lo trajo la Dra. Cristina Gámez, hoy jefa de Medicina Nuclear de Vall d’Hebron. Actualmente, Vall d’Hebron realiza 6,000 resonancias magnéticas y PET-TC cada año.

Los nuevos equipos son de una nueva generación que juega a favor de los pacientes: permiten adquirir información de manera más rápida, con menos radiofármacos, menos radiación, especialmente en órganos sensibles como el cristalino, y con más precisión y seguridad. Un ejemplo práctico del uso de esta tecnología sería el caso de un niño de 11 años que llega a urgencias con fiebre, cansancio y ganglios inflamados. Después de una ecografía que confirma los ganglios inflamados, se realizará un PET-TC urgente con contraste. El TAC permite hacer una biopsia en localizaciones accesibles y obtener resultados inmediatos, lo cual es crucial para el diagnóstico y el tratamiento adecuado. Los equipos PET-TC también ayudarán a comprobar los efectos terapéuticos de la quimioterapia e individualizar el tratamiento, aumentando el confort y la seguridad del paciente. "Este es un ejemplo de cómo la tecnología evoluciona a favor del paciente", afirma la Dra. Cristina Gámez.

Un paso hacia la teragnosis

Estos equipos permiten también realizar teragnosis, una técnica que combina el diagnóstico y el tratamiento en una sola intervención. Esta técnica es especialmente útil en el diagnóstico y tratamiento de cánceres como el de tiroides, cáncer neuroendocrino y cáncer de próstata. La administración de radiofármacos, además de ayudar a diagnosticar la enfermedad, puede utilizarse para irradiar células tumorales. De esta manera, además de monitorizar cómo responde una enfermedad a un tratamiento específico en tiempo real, ajustando el tratamiento según sea necesario, podemos obtener los mejores resultados para el paciente.
 

Aquests equips permeten també realitzar teragnosi, una tècnica que combina el diagnòstic i el tractament en una sola intervenció

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