La Fundación Privada Daniel Bravo Andreu dona 1.100 espirómetros domiciliarios a Vall d’Hebron, Parc Taulí y Sant Joan de Déu para mejorar el seguimiento de las patologías respiratorias

La Fundación Privada Daniel Bravo Andreu ha donado 1.100 espirómetros domiciliarios al Hospital Universitario Vall d’Hebron, el Hospital Universitario Parc Taulí y el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona para pacientes con fibrosis quística, trasplante pulmonar, asma grave y otras patologías respiratorias crónicas minoritarias, tanto menores de edad como adultos. La espirometría domiciliaria es la prueba más importante para valorar la capacidad respiratoria, detectar exacerbaciones pulmonares y evaluar la respuesta al tratamiento en pacientes con patologías respiratorias.

De estos 1.100 espirómetros que da la Fundación Privada Daniel Bravo Andreu, Vall d’Hebron ha recibido 900 espirómetros, Parc Taulí 130 espirómetros y Sant Joan de Déu 70. Los espirómetros domiciliarios donados por la Fundación Privada Daniel Bravo Andreu presentan un uso sencillo por parte de los usuarios, no requieren calibración y tienen una boquilla con limpieza fácil y reutilizable. Permiten que los y las pacientes evalúen ellos mismos su respuesta al tratamiento y se puedan detectar exacerbaciones pulmonares o rechazo al trasplante pulmonar. Los datos de las espirometrías quedan grabados y se transmiten a una aplicación. Los profesionales sanitarios también reciben un informe en PDF y pueden consultar los resultados en una plataforma en línea. Todos los pacientes con fibrosis quística y trasplantados pulmonares que lo necesiten y también pacientes con asma grave y otras patologías respiratorias minoritarias recibirán un espirómetro para realizar la espirometría a domicilio gracias a la donación. Con la espirometría domiciliaria el paciente se empodera, mejora el conocimiento de su enfermedad y puede realizarse estas pruebas de capacidad respiratoria de forma más frecuente. También se reduce el riesgo de infecciones cruzadas al reducir las visitas al hospital y se evita la saturación de las consultas. 

El Dr. Albert Salazar, gerente del Hospital Universitario Vall d’Hebron, explica que, gracias a esta donación, “podremos mejorar la monitorización de estos pacientes, que tienen patologías complejas y que requieren un seguimiento continuo, y sus resultados en salud”. 

Por su parte, el Dr. Antonio Moreno, jefe de servicio de Pediatría y de Neumología Pediátrica y Fibrosis Quística de Vall d’Hebron, señala que “los niños, niñas, adolescentes y adultos que están usando los espirómetros domiciliarios están muy satisfechos. Los más pequeños miden su función pulmonar en forma de juego y lo incorporan como una rutina; los adolescentes mejoran el autocuidado y la responsabilidad sobre su enfermedad pulmonar; y entre los adultos además se reduce el absentismo laboral”. En el caso concreto de los pacientes trasplantados de pulmón, “monitorizar la función pulmonar a través de la espirometría es esencial para vigilar el buen funcionamiento del injerto”, enfatiza el Dr. Antonio Moreno. En población trasplantada adulta, que son pacientes especialmente vulnerables, los espirómetros permiten un seguimiento más exhaustivo de la función pulmonar y menos disrupción en su actividad diaria, puesto que los pacientes presentan menos absentismo laboral. Además, los espirómetros permiten detectar precozmente la bajada de la función pulmonar, que es el principal indicador de disfunción del injerto y, de este modo, hacer una intervención terapéutica antes de que el declive espirométrico sea irreversible y se produzca un rechazo crónico. El hecho que se reduzcan las visitas en el hospital también reduce el riesgo de infecciones. En el caso de los pacientes trasplantados de otras comunidades, esta herramienta posibilita hacer un seguimiento a distancia y evita desplazamientos innecesarios. 

La Fundación Privada Daniel Bravo Andreu ya dio en 2021 cientos de estos espirómetros domiciliarios a Vall d’Hebron para pacientes con fibrosis quística y de trasplante de pulmón. “Fue una prueba piloto que tuvo excelentes resultados entre pacientes y profesionales”, añade el Dr. Antonio Moreno. 

Desde el Parc Taulí, el Dr. Óscar Asensio, coordinador de la Unidad de Neumología, Alergia e inmunología Clínica Pediátrica-Unidad de Fibrosis Quística, destaca que “con esta nueva herramienta, los pacientes se pueden monitorizar desde su domicilio, evitando desplazamientos. El seguimiento deja de ser tan exhaustivo y mejora su autonomía personal”. Los espirómetros han permitido “tener una referencia en tiempo real de cómo se encuentra el paciente, en cualquier momento. Es muy importante para hacer el seguimiento del estado del paciente y de la evolución de la enfermedad”. 

La Dra. Maria Cols, jefa de Sección de Neumología Pediátrica y de la Unidad de Fibrosis Quística del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, considera que los espirómetros domiciliarios “representan una herramienta nueva de control de la función pulmonar que nos permite hacer un buen seguimiento a distancia desde el hospital, tanto en el estado basal del paciente como en momentos de empeoramiento clínico”, y añade que “este control en remoto es muy positivo desde el punto de vista de la experiencia del paciente, puesto que ofrece a las familias la tranquilidad de que todo está en orden cuando los resultados son los esperables, permite detectar más precozmente agudizaciones de la enfermedad, así como supervisar telemáticamente la respuesta a los tratamientos instaurados, lo que ahorra visitas y, por lo tanto, la pérdida de horas de clase o de trabajo”.